El teatro, siendo la más completa de todas las artes, favorece el descubrimiento y el aprendizaje, que en la primera infancia, se realiza a través del arte y el juego. Disciplinas como el teatro simbólico y la música son más cercanas a la percepción propia y completamente libre que el niño tiene de la realidad.
Los beneficios de proponer teatro en la primera infancia son múltiples:
• Fomenta la creatividad y la imaginación, base del desarrollo intelectual.
• Proporciona un encuentro con el arte a un ritmo más real y adaptado al bebé/niño que la televisión u otros medios tecnológicos.
• Implica activamente al espectador, haciéndolo participe del mundo que lo envuelve.
• Estimula las capacidades físicas y sensoriales como la visión, audición y el habla.
• Favorece la concentración.
• Proporciona percepciones espaciales en dimensión real, favoreciendo la psicomotricidad.
• Estimula una diversidad de sentimientos para que el niño/a pueda reconocerlos y establecer los fundamentos de la inteligencia emocional que será la base de su mundo relacional.
• Favorece el gusto por la estética.
• Crea un vínculo entre el arte y el niño, base de un adulto curioso e interesado en la cultura.
Y todo, acompañado de sus adultos de referencia que le proporcionan seguridad y confianza en un entorno de amor y respeto.